Viviendas en Fontaneda, Andorra

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Vivir en Fontaneda, esencia 100% andorrana en pleno Coll de la Gallina

Si hay un pueblo en Andorra que cualquier ciclista, sea del Principado o del extranjero, sabe ubicar perfectamente en un mapa, este es, sin ninguna duda, el de Fontaneda. Y no es para menos, ya que dicha la localidad se encuentra ubicada justo a medio camino del que posiblemente es el puerto de montaña más exigente y técnico de Andorra: el Coll de la Gallina.

Aunque nadie duda que Fontaneda es uno de los pueblos andorranos más conocidos por ciclistas y senderistas, lo cierto es que esta localidad, ubicada al sudoeste de la parroquia de Sant Julià de Lòria, no solo se caracteriza por encontrarse justo en la subida del Coll de la Gallina. De este modo, gracias a su ubicación, el pueblo Fontaneda tradicionalmente se ha considerado como el punto de unión entre la parroquia laurediana y el Santuario de Canòlich, que junto con el Santuario de Meritxell es posiblemente la iglesia más representativa de la sociedad andorrana.

Vivir en Fontaneda, calles en forma de hileras y bordas de ensueño

En Fontaneda todo tiene un aire rústico y bucólico. Sus calles en forma de hileras resguardadas a la sombra de las cumbres, sus increíbles bordas, sus caseríos de piedra y madera, sus calles sin asfaltar… Todo, absolutamente todo en Fontaneda da pie a imaginarse una Andorra en tiempos pasados. Vivir en Fontaneda es, por tanto, sinónimo de hacerlo en un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, una localidad donde la tranquilidad, el sosiego y la belleza están a la orden del día.

A parte de sus bordas y casas rurales, entre sus edificaciones también destaca, como su monumento más representativo, la iglesia románica de San Miguel de Fontaneda. Esta iglesia, que se halla en la parte más alta del pueblo, mantiene la estructura típica de los templos románicos construidos en el Principado: esquema simple formado por una nave de planta rectangular, rematada por un ábside semicircular. Interiormente, la iglesia de San Miguel de Fontaneda destaca por una antigua mesa de altar tallada en una sola pieza, donde se guardaban reliquias primitivas, así como por unos vestigios de pinturas románicas, obras del Maestro de Anyós. El acceso a la iglesia, que abre sus puertas del 15 de julio al 15 de setiembre, es gratuito.

Sitios destacados en Fontaneda

• Camino de Fontaneda hasta el Coll de la Gallina: considerada como una de las rutas de senderismo más técnicas y exigentes de toda Andorra, el camino de Fontaneda hasta el Coll de la Gallina ofrece, con un recorrido de 7 km y una técnica ascensión, un gran reto de superación para los senderistas más experimentados. Para llegar hasta el punto de partida de este itinerario, se debe coger la CS-140 de Sant Julià de Lòria y dirigirse hacia Fontaneda.
• Durante este trayecto se puede aprovechar para hacer una visita a la capilla de Sant Mateu del Pui d'Olivesa, una de las iglesias más pequeñas y antiguas de Andorra, documentada desde el año 985. La ruta, que se inicia justo en el centro del pueblo de Fontaneda, lleva al senderista hasta la pista que conecta con la Borda del Gastó y, posteriormente, al Río de Mosseres. A partir de este punto, el camino se interna en zonas boscosas, remontando la sierra de Palleró hasta llegar a la pista forestal que une con el collado.
• Mirador del Coll de Jou: ubicado a 1.140 metros de altitud, concretamente en el km 3 de la CS-140, el mirador del Coll de Jou permite contemplar el matorral submediterráneo del Coll de Jou, muy peculiar por el contraste que se crea entre los bosques de robles y los formados por boje. Precisamente, el boje es una de las plantas arbustivas más singulares que se pueden encontrar en Andorra, ya que tiene la particularidad de cambiar de color y pasar del amarillo al rojo con el inicio del invierno. Además, con un poco de suerte, desde este balcón natural también se pueden observar distintas aves carroñeras, así como otras aves como el cernícalo vulgar, el halcón común o abejero, el milano negro o el alimoche.
• Santuari de Canòlich: pese a no encontrarse en el mismo pueblo, ya hemos comentado que Fontaneda tradicionalmente se ha considerado como el enlace entre la parroquia de Sant Julià de Lòria y el Santuario de Canòlich. Ubicado justo a los pies de la carretera CS-600, el Santuario de Canòlich data de principios del siglo XX, aunque existen referencias que indican que Canòlich ya existía en época medieval, concretamente en el año 1.176. Esta hipótesis se ve reforzada si se lee el Manual Digest de les Valls Neutras de Andorra (1.745), puesto que en este documento, obra del ilustre Antoni Fiter i Rossell, ya se cita “Na. Sra. de Canòlich” como uno de los tres principales santuarios de los valles de Andorra, junto con el de Meritxell (Canillo) y el de San Antoni de la Grella (La Massana).
  Desde un punto social, todos los años tiene lugar en este santuario la diada dedicada a la “Mare de Déu de Canòlich”, una jornada festiva en la que cientos de feligreses, tanto lauredianos como del resto de parroquias e incluso de fuera, peregrinan hasta el santuario para asistir a la tradicional bendición de panes. En caso de visitar el santuario, otro de los aspectos a destacar son las impresionantes vistas que ofrece el mirador de Canòlich, así como el retablo barroco del siglo XVIII y los murales de cerámica, del artista Sergi Mas, que se conservan en el interior.
• La carretera del Mas d'Alins que aparece en la entrada a Fontaneda da unas vistas espectaculares sobre el Pirineo catalán y al valle de La Seu d'Urgell. En Mas de Alins, donde tan sólo hay una casa agrícola, encontramos una pequeña iglesia: Sant Esteve del Mas d'Alins.
• El Coll de la Gallina: con rampas que rozan el 20% de inclinación, el Coll de la Gallina se ha ganado, por méritos propios, el reconocimiento de ser uno de los puertos de montaña más duros y exigentes de toda Andorra. Esta ruta, que asciende hasta los 1.910 metros de altitud y recorre la CS-140 desde Sant Julià de Lòria hasta el Coll de Jou y posteriormente hasta el Coll de la Gallina, presenta una inclinación media de un 8,4% y un desnivel superior a los 1.000 metros. Por todo ello, los 12 km que conforman este collado están considerados por muchos ciclistas como los más complicados y técnicos de toda Andorra.
  Una complejidad que se hace patente incluso circulando en coche y que, sin duda, supone un auténtico reto para los ciclistas más experimentados. Por todo ello, no es de extrañar que este tramo se incluya prácticamente por defecto en todas las etapas de ciclismo de alto nivel que se disputan en Andorra, como son el Tour de Francia, La Vuelta, la Volta als Ports d'Andorra o La Purito.

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